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para Antonio Desquirón
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Ellos no tienen lo que tenemos nosotros.
El repunte de mandarlo todo a paseo
en un momento determinado,
quizás en el mejor de nuestros “ciclos vitales”.
Darse cuenta al comienzo de la plácida vejez
que la verdad espanta pero no mata
y que las numerosas manchas de sangre bajo la luz ultra-violeta
denotan las manos de un asesino.
Ellos fueron educados en la disciplina,
y acatan la rigidez como una función natural.
Fueron niños-soldados de una guerra que aún no ha comenzado
y confunden la palabra con la comandancia.
Pero lo mejor está por llegar,
the best is yet to come, lo dice el silencio
que escucho entre los ruidos.
Ellos no tienen lo que tenemos nosotros.
La casa de Usher que habitamos
ni la defendemos ni la entregamos,
pero si el curioso mete por aquí su nariz respingona,
mi hermana, le mandaremos al sótano con el carbón y las ratas.
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(Madrid, 10 de noviembre de 2008)
© David Lago González, 2008.
2 comentarios:
Bello poema. Su sinceridad corta. Gracias.
Hola Ernesto.
Realmente no me propuse nada (¿alguien se propone algo en poesía?), pero si la sinceridad llega al lector, creo que es todo un éxito. Gracias.
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