viernes, 16 de abril de 2010

El fantasma que hay en mí

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Chris Anthony - Venetian Portrait 5 Chris Anthony - Venetian Portrait 5

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El fantasma que hay en mí,

como en un comic de mal gusto, arrastra

cadenas más largas que sus sábanas.

Pesan mucho más que la esfera que sostiene el atlante sobre sus hombros,

y el ruido tenebroso de su roce contra el suelo

ensordece todas las melodías, suaves y violentas,

que la huida de su castillo maldito

me ha permitido escuchar en la vida.

Cuando tocan la superficie del mar,

es ésa la razón que motiva los más recientes maremotos

a los que la sismología no encuentra respuesta.

Si todo se arreglara con una medida extrema,

me cortaría ambas orejas como hiciera Van Gogh con una de las suyas,

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pero el ruido está dentro de mi cabeza

y la despoja de pensamientos más claros.

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© 2010 David Lago González

(Madrid, 16 de abril de 2010)

martes, 13 de abril de 2010

Memoria histórica

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 A students dream3

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Yo tengo un muerto que vale más que el tuyo.

Lo mató Franco, Hitler, Mussolini, Roseevelt, George Bush hijo.

Y Bibi Netanyahu.

Antes lo había matado Kennedy, De Gaulle y Margaret Thatcher,

pero ya esos asesinos no cuentan mucho.

La verdad es que yo no sé por qué mi muerto es más valioso que el tuyo,

mas las cosas vienen dadas así y parece que nadie sabe explicarlas.

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Yo soy muy torpe, muy bestia,

soy un aldeano gallego llamado David

pero mi nombre todavía lo escribo con una zeta final porque así me suena.

¿Te importaría iluminarme un poco con tu sabiduría?

Pues yo no sé explicarle a mis hijos

por qué mi muerto tiene tantos derechos y el tuyo ninguno,

si ambos tuvieron un cuerpo, un rostro, una sonrisa,

los dos fueron hijos o padres o madres y abuelas,

fueron amados y odiados, y, al fin y al cabo,

fueron un mismo muerto asesinado por balas iguales

disparadas desde bandos opuestos.

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© 2010 David Lago González

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sábado, 3 de abril de 2010

Voltei

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a Galicia perdida

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Volver a la casa del padre.

Retomar su lengua, repasar las palabras

por las que la curiosidad preguntaba

entre las viandas y las carnes y los vapores del apetito

de la tierra cercana pero invisible, escondida

tras la trama de una ruta tropical hacia lo exótico equivocado.

Reducirme al misterio del silencio, su sabio silencio;

o simplemente un lapso a la espera de algo confirmado.

Difícil adivinar lo que piensan los hombres de su tierra

porque la gravedad a veces oculta una verdad afilada,

un dolor que transporta a lo definitivo,

una certeza de lo verdaderamente importante

para poder sobrevivir a tanta inmundicia que agolpa la vida.

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© 2010 David Lago González

(Madrid, 2-3 de abril de 2010)

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