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© David Lago González / Digital Art. 2008.
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La mano era amplia, grande
―"heredada de mi padre", dijo―,
como España toda, o más: como Australia.
La isla más grande del mundo rodeada toda de agua,
en mitad del infinito, el azul infinito
que es un misterio para el hombre
que no sabe calcular hasta dónde se extiende
por la rosa náutica,
el hombre
que no sabe imaginar hasta dónde baja
por corales que pierden su armonía
a la sombra de monstruos tenebrosos.
Las yemas romas, las uñas como roídas por el tiempo...
Llegado el segundo fugaz del fin del mundo
la mano buscaba la mía como si de pronto perdiera la vista,
todo oscuridad o todo luz,
y apretándola, ciñéndola a la muerte que es vida,
repetía mi nombre.
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(Madrid, 10 de diciembre de 2007)
© David Lago González, 2007.
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© David Lago González / Digital Art. 2008.
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4 comentarios:
Bellísimo, y las ilustraciones muy buenas.
Muchas gracias, Zoe
No hay duda que hay un cierto desorden, pero que bien se pasa el tiempo aqui!
Ja ja, Al Godar, muchas thank you
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