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para Kike (Enrique Agramonte Robles, 1949-2010),
que descanse como quiera
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El hombre y la mujer
parecían angelotes recostados contra la armazón
a los pies de la cama de estilo “neo-colonial”.
A la mujer le gustaba definir el estilo –si aquello efectivamente lo era--,
no sé si con la secreta venganza
de señalar que la inspiración del hombre en el diseño de los muebles de la casa nueva
no había llegado a la habitación de su hijo.
Desde la posición del muchacho sobre el lecho,
la mujer estaba a la izquierda y el hombre a la derecha.
¿Le despertaron o se despertó?
¿Se despertó y se asustó de la custodia?
Nadie recuerda nada ya cómo fue exactamente la cosa.
El caso es que el muchacho pensó que pasaba algo grave.
Desde que aquellos hombres bajaron de las lomas,
no había día en que no pasara un montón de cosas,
y unas a las otras se atropellaban y no dejaban a nadie pensar con claridad.
Creo que a aquello le llamaban “Revolución”.
“No, solamente queremos conversar contigo
y preguntarte algo”, dijo la mujer al muchacho.
El muchacho quedó esperando, medio erguido sobre el colchón.
La mujer le dijo que sabían lo mucho que le había dolido
el encarcelamiento y la expulsión de sus maestros,
y cuánto había llorado por el hermano Pedro.
Que ahora existía la posibilidad de que el muchacho
pudiera de nuevo reunirse con él, pero en otro país que no era aquel.
El asunto consistía en mandarlo a él delante
y ellos le seguirían pasado un tiempo.
Primero la mujer, luego el hombre,
dijo éste en su idioma.
Posiblemente era la primera gran decisión en las hazañas del muchacho,
y le dejaban escoger. Años después comprendería la magnitud de la consulta
y agradecería a la vida por haberle hecho conocer
a aquel hombre y a aquella mujer
que tomaban en cuenta la palabra
de un simple mocoso de mierda que apenas pasaba de los nueve años.
.
El muchacho calló durante unos minutos.
Luego se volvió al hombre y le preguntó
si él realmente iba a seguirles hasta el fin del mundo.
El hombre afirmó nuevamente que sí, pero que antes de él
iría la mujer con sus manteles bordados, los sobrecamas primorosos
que ella misma había calado, la vajilla inglesa, las fotos
de toda la memoria anterior a aquel momento,
mientras él quedaba atrás liquidando los dineros, los deberes y los haberes.
El muchacho miró de nuevo a la mujer
y de inmediato volvió a encarar la mirada del hombre.
“No --le dijo al hombre--, tú no vas a hacer otra vez otro viaje.
Si no salimos los tres, no salimos.”
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Y allí se quedaron, por los siglos de los siglos, amén.
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(Madrid, 26 de octubre de 2010)
© 2010 David Lago González
2 comentarios:
Dejado en FACEBOOK.
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Margarita Garcia Alonso
Me ha dejado mocosa el poema, en realidad te cuento, este blog con su cama que desciende hasta las letras, las sabanas aun con la huella del cuerpo me adentran siempre en Madrid, que sé yo, en alguna cama que dejé por alla y me prepara a la ... lectura de poemas.
El caso del mocoso que decide, del destino, lo que cuentas puede parecer misterioso para el extranjero que conoce la historia de Peter Pan, en mi, que pensé toda la infancia que se robaban a los niños, pues mis primos desaparecian en la noche sin decir adios, sin dejar direccion ni avisos, y sin que pudiera heredar los juguetes... todas esas muertes simbolicas me alteraron la percepcion , me hacen vivir las ausencias como un latigazo que oculto para que no me haga daño... y tu poema se ha posado , como un pajaro raro que avisa, que estan ahi, en trastienda de mis actos y que debo indagar y dejarlas existir... Hermoso David como tratas un tema "bestial"
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Carlos Cespedes wow...sad,reflexivo,I do not know me gusto mucho el suspenso y el estilo de lo profesional a lo mundano.
Hace 7 horas · Me gusta
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David Lago-González
Tal vez debería titularlo "Operación Peter Pan" pero el término "operación" es tan poco poético... Decir que se "robaban" a los niños me suena más a vísperas de Santa Bárbara aunque nunca llegué a saber si alguna de esas cosas eran verdad. ... El caso es que sí, que yo iba a ser un Peter Pan, pero unos padres de comportamiento inusual y sobre todo para aquellos tiempos, me lo consultaron y yo dije que no.
Muchas gracias a los dos.Ver
(Facebook)
Margarita Garcia Alonso
Me ha dejado mocosa el poema, en realidad te cuento, este blog con su cama que desciende hasta las letras, las sabanas aun con la huella del cuerpo me adentran siempre en Madrid, que sé yo, en alguna cama que dejé por alla y me prepara a la ... lectura de poemas.
El caso del mocoso que decide, del destino, lo que cuentas puede parecer misterioso para el extranjero que conoce la historia de Peter Pan, en mi, que pensé toda la infancia que se robaban a los niños, pues mis primos desaparecian en la noche sin decir adios, sin dejar direccion ni avisos, y sin que pudiera heredar los juguetes... todas esas muertes simbolicas me alteraron la percepcion , me hacen vivir las ausencias como un latigazo que oculto para que no me haga daño... y tu poema se ha posado , como un pajaro raro que avisa, que estan ahi, en trastienda de mis actos y que debo indagar y dejarlas existir... Hermoso David como tratas un tema "bestial"Ver más
Ayer a las 13:27 ·
Carlos Cespedes wow...sad,reflexivo,I do not know me gusto mucho el suspenso y el estilo de lo profesional a lo mundano.
Hace 12 horas ·
David Lago-González
Tal vez debería titularlo "Operación Peter Pan" pero el término "operación" es tan poco poético... Decir que se "robaban" a los niños me suena más a vísperas de Santa Bárbara aunque nunca llegué a saber si alguna de esas cosas eran verdad. ... El caso es que sí, que yo iba a ser un Peter Pan, pero unos padres de comportamiento inusual y sobre todo para aquellos tiempos, me lo consultaron y yo dije que no.
Muchas gracias a los dos.
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