miércoles, 18 de febrero de 2009

El inventario

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verreliqueur

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Cuando llegaron al recuento de la cristalería y la porcelana, uno de los militares, apartando su vista de la vitrina, le dijo: “Ahora va a tardar mucho tiempo en volver a reunir las copitas, Vieja...” (La palabra “señora” estaba prohibida, y la mujer no era merecedora de ser llamada “compañera”.)

Ella guardó silencio, un silencio tenso y pesado, como calima que se nos echa encima sin que podamos hallar cobijo suficiente, y al cabo de unos segundos, contados por la rabia contenida o por una indiferencia muy lejana, miró a los ojos del hombre, sostuvo ambas miradas ―la del militar y la suya propia― y le contestó:

“Cuando una es pobre antes y luego adquiere cosas, esas cosas las guarda en una vitrina y de vez en cuando las mira. Nunca las cuenta, como hacen ustedes ahora. Ya no tienen importancia. De cualquier forma, de haberlas utilizado habría bebido en ellas algún licor fino, propio de mujeres --un poquito de ‘creme de vie’, por ejemplo, que hace mi hermana Bertha, muy buena, por cierto--. Usted, en cambio, las habría llenado de aguardiente de caña o de esos rones que la gente llama “matarratas”. Y en esa diferencia del contenido de las copitas existe también otra diferencia que creo que se llama <vulgaridad>. Eso es lo que nos separa a usted y a mí y esa es la razón por la que abandono su país y regreso al mío, que está aquí, guardado en mi cabecita... de vieja.”

―Y llevándose el índice a la sien la tocó con dos sutiles golpecitos, con los que dio por concluidos los comentarios sobre algo tan poco importante como un juego de copas, que para colmo de la gratuidad, ya llevaba años incompleto.

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(Madrid, 20 de Marzo del 2000)

© 2000 David Lago González

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1 comentario:

Anónimo dijo...

qué bueno David¡
sutil, bien hilvanado¡

para nada me propongo a mí mismo en criticar tus textos, no soy nadie, evidentemente, pero me lo digo porque suelo comentarte cosas así, sobre lo que escribes, porque es lo que me nace luego de leerte¡ y ante ello me cuesta quedarme sin decirte algo¡

Bueno.
Un abrazo¡