martes, 29 de marzo de 2011

Los caminos del Señor son inexpugnables…

 

Así como infinitos son los senderos del éter.

Por un lado pienso en la estupidez malsana de los represores.

Por otro, pienso en Antonio, que tanto gusta del arte de la instantánea,

y de los pocos y valiosos amigos que todavía se mueren lentamente

dentro de la caja herrumbrosa de Las Islas Desafortunadas,

imposibilitados de navegar sin hacer uso del mar ni de las naves.

Es como estar en una silla de ruedas y correr con el espíritu,

trazar la estela infantil de Peter Pan y Tinkerbell

cursando y cruzando ridículamente el firmamento kitsch

de los encantadores de serpientes que desde la acera de enfrente

arreglaban un poco la nuestra destartalada por la imbecilidad.

¿Por qué tú si puedes asomarte al mundo, Abel,

si tu antiguo compañero de estudios, infinitamente

más inteligente, brillante y bueno que tú,

tiene prohibido acercarse a la ventana?

¿Qué insana obsesión es ésa

de pasar medio siglo buscando conspiraciones, armas inexistentes,

realidades ocultas bajo la raída alfombra

por donde se cuelan las verdades y las ratas?

¿Verdaderamente creéis que sois tan importantes

como para que un poeta pierda el valioso tiempo de sus versos

en hacer contrarrevoluciones y confiar en alguien sin talla?

¡Cuánta vanidad albergáis en vuestros delirios!

¡Aun nuestro tiempo más perdido e irrecuperable

es infinitamente más valioso

que el de todos los largos años que habéis dedicado

a intentar que ejecutemos nosotros mismos

vuestro sucio trabajo de eliminarnos!

.

© 2011 David Lago González

(Madrid, 29 de marzo de 2011)

.

Me puse a navegar por internet como otras tantas veces, en busca de imágenes para después utilizarlas en la ilustración de los posts o simplemente por el placer de ver cosas hermosas.  Simples cosas hermosas que no hacen mal a nadie.  Es un universo tan vasto como inabarcable, es como la idea de Dios, o de algo más allá y por encima de nuestra insignificante estatura.  Y no podía evitar el lamentarme por la suerte en la que han quedado encerrados personas que quiero y que son poseedoras de un enorme talento.  Y pienso en lo que a ellos también les gustaría dar un viaje semejante al que hago yo, sin moverme de mi casa, olvidando las horas de comer, olvidándome a veces hasta de sentir sed, solamente por el placer de ver la belleza que apresa la lente de una chica joven en Rumanía o el despertar brumoso de la campiña escocesa captado por un señor más viejo que yo.

Y quería escribir estas reflexiones sin tener la pretensión de escribir un poema, aunque no sé si es eso lo que me salió.  Y eso es lo que puede quedar: constancia de la satisfacción de la libertad.

David Lago González

Franco Fontana, Landscape, 1978 by Franco Fontana.

Franco Fontana, Landscape, 1978 by Franco Fontana.

kkkkkkk

nude woman with lemons

nude woman with lemons

SONY DSC

SPRING DREAMS

tumblr_kztl3gDTUJ1qb6dxko1_1280

tumblr_lg94e3eToE1qbvikso1_500

walt whitman quote

yes please…

lunes, 28 de marzo de 2011

conde de xiquena

.

tumblr_lg8fi0qfIX1qef9u5o1_500

Quisiera encontrar en mi memoria

alguna historia alegre

para contártela ahora mismo

y que no te duermas para siempre.

Sé que te vas, si cierras los ojos.

Y mira que yo tengo tantas historias de cosas cómicas;

cientos, miles de archivos de recuerdos hilarantes,

anécdotas de cuán absurdo y loco es el mundo,

brincadeiras que te harían morir de risa.

Y, sin embargo, la cabeza se me queda hueca.

No sé quién me ha robado los recuerdos.

¿Te acuerdas? En las primeras noches

aquel fantasma de tu pasado

entraba y salía del armario

porque su puerta se abría sola.

¿Se abría sola y él aprovechaba para salir o entrar?

¿O era él quien la dejaba abierta?

Y uno, salta de la cama cada dos por tres.

Y, de pronto, en medio de un abrazo,

la puerta del armario que crujía, y ya,

ya está otra vez este fantasma de tu pasado importunando.

¡Ay, fantasma, fantasma, no fastidies más!

Y aquella otra noche cuando íbamos al restaurante siciliano,

íbamos riéndonos de cuán trabajoso resultaba hacerlo

con ése que no paraba de mirarse en la comisura del “vánite”

y al tomar San Bernardo de pronto nos chocamos con él,

que, por no saber qué hacer, nos saludó a los dos;

y nosotros nos morimos de la risa ahí mismo.

Y después, cada vez que nos acordábamos de aquello,

nos moríamos más, otra vez,

y más, y más.

.

Y más.

.

No cierres los ojos, no te vayas de mí.

.

© 2010 David Lago González

(Madrid, 23 de marzo de 2010)

sábado, 19 de marzo de 2011

Frustración

.

William Rios_Downtown Miami193836

© William Rios, Downtown Miami Today 3 p.m.

.

 

A mis amigos Elio Poblador, Carlos Alonso Victoria y Carlos Victoria (rip)

A Omar Cerit

A Nikitín y Emilia

A Enrique Bedoya Sánchez (rip)

A los proscriptos que llenaban la saleta de mi casa para escuchar música degenerada

.

Cada verso que escribí, escribo y escribiré

será siempre la canción que nunca pude cantar.

Todo pecador lleva su dolor oculto, y ése es el mío.

Habría querido cantar los versos de aquellos muchachos temerosos

que nos asomábamos con inocencia y desfachatez

a una naturalidad prohibida por los gendarmes

que custodiaban y medían la torcedura del tronco.

En la lengua del enemigo, sólo en palabras mascadas por el enemigo.

Ese idioma, ese código secreto, nos reforzaba en un desarraigo

que comenzó en el mismo lugar de origen de todos los males

y de toda la imprevisible felicidad que nunca jamás se ha podido definir.

Nuestros dioses nos traicionaron cuarenta años después,

o quizás desde entonces, quién lo sabe. Y qué más da.

No hubo nunca otra revolución que nos interesara más

que la de los voluntarios descamisados

que se emborrachaban en la cabina del aeroplano de Jefferson.

Todo cuanto sonaba con acordes impositivos de marcha militar

nos era ajeno, extraño, odiado y eliminado sin apenas escucharlo.

Queríamos ser todo lo imperfecto que el ser humano puede ser.

Ésa es la verdad. Quien diga lo contrario, miente.

Miente como los que, con sus mentiras, nos obligaron sin saber

a descubrir una libertad distinta, sólo nuestra, intransferible.

Odié a esos hombres que nos secuestraron

del pequeño mundo real que podíamos habitar;

odio a sus hijos que les defienden y justifican;

odio todos los símbolos que utilizaron para eliminarnos antes

y ahora enarbolan de nuevo para ni siquiera permitirnos

morir en paz. Puede que hasta ni se den cuenta.

Pero la ignorancia y la inconsciencia no les eximen de culpa.

.

Yo sólo quería cantar en nuestro idioma secreto, pequeño,

el silencio con que todos aquellos hermosos muchachos,

mezclaban sus sexos y entonaban su tímida alegría sin permiso

a algo que ni siquiera pensábamos que se llamaba horizonte;

pero los gendarmes me convirtieron en poeta,

en un poeta maldito, extraño, incomprensible

y odiado por los unos y los otros.

Los maldigo a todos.

.

© 2011 David Lago González

(Madrid, 19 de marzo de 2011)

miércoles, 16 de marzo de 2011

Las cerdas de Remigio

.

happy-pig

.

 

I told you about Strawberry Fields.

You know, the place where nothing is real...

John Lennon

.

Este lugar ya no es un lugar, este paisaje ya no es un paisaje.

Melania G. Mazzucco

.

Crecí en un barrio tranquilo; las diferencias

por color o riqueza, o ausencia de ambos, se erguían y morían en su propio acaso.

Aquellos vecinos que no solían intimar con otros

conservaban siempre el saludo presto a cualquier hora del día.

Durante las carnestolendas se cerraban esos cien metros

y se dejaba una noche a nuestras anchas:

una orquestina amenizaba las horas

antes de la esperada elección de la muchacha más hermosa del barrio

(por aquel trono desfilaron Alicita Romero ―la de las Mejías, naturalmente―;

la Tati, con pretensiones de Mansfield morena; y Ana María Rodríguez,

que no por ser la más salida logró salir coronada alguna vez).

Anticipaba el final un suculento banquete, sobre una mesa que ocupaba toda la calzada,

impoluto blanco de manteles y servilletas, cervezas espumosas y amargas,

Víctor Calvo proveía generosamente con vinos de sus alambiques,

y con copiosos bloques de hielo,

la cercana fábrica de hielo de Guarina nos enfriaba las bebidas.

Luego los mayores se enzarzaban

en complicadas conversaciones con guitarras y clarinetes

y a los pequeños nos metían en la cama, resistiendo a toda costa el párpado caído.

Pero un día, no sé cuándo, todos nuestros hermosos vecinos desaparecieron,

murieron, o se fantasmearon. Las carnestolendas habían sido prohibidas.

Las cornisas de las fachadas comenzaron a caer; las persianas venecianas

se deshilacharon hasta el mismísimo ripio;

hubo que encabillar celosamente los patios interiores;

los álamos de toda la acera fueron arrancados de raíz;

dentro de nuestras casas tuvimos que empezar a comunicarnos en susurros y por señas

(por eso la gente piensa que el pueblo es tan educado...)

Y entonces apareció el negro Remigio

(ambas cosas no son peyorativas pero sí inseparables e irremediables).

A Remigio se le enrolla la amarillenta camisetilla por encima del barrigón

y por debajo, casi a ras de la ingle, cuelga un trozo de cuerda

con que ata algo que parece un pantalón.

Años ha una de sus mujeres vendía la leche que correspondía al hijo de ambos;

hoy el vástago es un maricón estelar del arrabal

(¿habrá influido la falta de leche, el calcio, las grasas naturales de la vaca?)

Pero ahora Remigio, además de mujeres y maricones, tiene una puerca.

El corral de la puerca es la acera; allí croncha gozosa escarbando en el lodo

y el sancocho que le echan.

Corta el paso a los transeúntes, pero nadie protesta: si van por la acera,

las personas levantan una pata por encima de la soga que somete a la cerda,

disciplinadamente alzan la otra y prosiguen su camino, acostumbrados a la infamia.

Otros se lanzan a la calzada. Sin temor: también los coches desaparecieron.

Así nos acostumbramos a todo.

.

No hay tragedia sino subsistencia,

mientras no nos alejemos demasiado en el tiempo y la distancia.

.

(Madrid, 15 de febrero de 2005)

© 2005 David Lago González

lunes, 7 de marzo de 2011

El Forajido

.

5368772924_aaf35a2db0_b

.

 

Soy un forajido.

Tanto los hechos como yo mismo, hemos contribuido por igual

a mi condición de proscripto.

Confieso que hasta me seduce seriamente: es como el vértigo de una droga

cuyo efecto nunca pasa, nunca cede,

y cada vez me hace pedir y pedir más, doblar

la dosis hasta alcanzar el riesgo definitivo.

Es como un cántico de Antony Hegarty1,

una desesperada plegaria porque alguien me espere más allá del otro lado.

Es como un bolero atormentado de Maria Bethânia

que va manchando el escenario con las gotas de sangre de sus manos,

y las pisadas de sus pies descalzos van gritando a la hipocresía del mundo

el dolor incompartible de la verdad.

.

Sólo los muertos que todavía viven un poco

logran comprenderlo.

.

(Madrid, 7 de marzo de 2011)

© 2011 David Lago González

.

1http://es.wikipedia.org/wiki/Antony_and_the_Johnsons

viernes, 4 de marzo de 2011

París

.

Paris, 2009_Looking for Eternity

Looking for eternity 2 (Paris, 2009)

.

 

a mis amigos parisinos

.

Es verdad que París incita a reír, como dice Gastón,

de igual forma que New York

me ha dicho que la vida es diferente,

con otra velocidad y otra prestancia,

después que la conocí. The most convenient city.

.

Pero París es para siempre

la ciudad donde respiro dinero y clase;

y una intención cosmopolita,

anónima, profundamente anónima

y curiosa, me invita a trasgredir el mundo entero

en busca de algo de mí escondido por otros lugares,

con esa certeza súbita y desconcertante

que nos da caminar por una calle

por la que ya antes habíamos andado en sueños.

.

(Marzo 3 de 2011)

© David Lago González