sábado, 3 de abril de 2010

Voltei

.

 

a Galicia perdida

.

Volver a la casa del padre.

Retomar su lengua, repasar las palabras

por las que la curiosidad preguntaba

entre las viandas y las carnes y los vapores del apetito

de la tierra cercana pero invisible, escondida

tras la trama de una ruta tropical hacia lo exótico equivocado.

Reducirme al misterio del silencio, su sabio silencio;

o simplemente un lapso a la espera de algo confirmado.

Difícil adivinar lo que piensan los hombres de su tierra

porque la gravedad a veces oculta una verdad afilada,

un dolor que transporta a lo definitivo,

una certeza de lo verdaderamente importante

para poder sobrevivir a tanta inmundicia que agolpa la vida.

.

© 2010 David Lago González

(Madrid, 2-3 de abril de 2010)

.

-o-

 

1 comentario:

FIFTY-ZEN-50 dijo...

totalmente deacuerdo con tu poema entrada-

parece un mal nacional el querer escapar a las raices y seguir encontrando la inmundicia oculta por que en todo lo creado esta el bien y el mal
.
asi lo he entendido yo quizas no haya entendido nada quien sabe pero si me identifica

gracias